jueves, 3 de septiembre de 2015

PLEGARIA

 

PERDÓNAME, SEÑOR
por haber perdido
en una esquina cualquiera
el asombro.
Por haberme perdido 
el don de ser niño
Hoy, disfrazado,
llevo oculto
el frustrado niño
que no he sido.
PERDÓNAME, SEÑOR
por el hambre,
la guerra, el llanto,
la soledad y la nostalgia
Olvide mis alas
y perdí el canto
Me vence la indiferencia
porque habiendo
tanto por hacer
estoy aburrido mirando
PERDÓNAME SEÑOR
por acrecentar tus llagas,
olvidé que soy parte
de tu CUERPO
Tu me invitas
a compartir la mesa
y me sientas
a tu lado
Sólo me dices:
"Lázaro, despierta"

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